Le toca el turno a la energía nuclear. Para empezar diré que todas las críticas hacia la energía nuclear proceden, en un 95 %, de los siguientes hechos:
En Chernobil hubo un accidente trágico.
Los residuos nucleares poseen un dificil tratamiento.
Ambas afirmaciones son ciertas, análicemoslas de una en una.
Accidente de Chernobil: Fue, sin lugar a dudas, una tragedia. Aun hoy se notan los efectos en la zona y los valientes que ayudaron a sepultar el reactor pagaron con su vida debido a radiación y envenenamiento. Dicho esto hay que notar otra cosa: el accidente de Chernóbil, es decir, un accidente así, es irrepetible. Es imposible que se pueda producir de nuevo; de hecho las consecuencias de la gravedad del accidente fueron dos:
El sistema de seguridad de la central, más concretamente un elemento denominado barras de control, cuya finalidad es activar un mecanismo que sepulte el reactor en caso de fallo, estaban, literalmente, al revés, con lo cual al activarse no sepultaron nada. De hecho la central incumplía sistemáticamente la gran mayortía de los protocolos internacionalmente establecidos para la seguridad en centrales nucleares.
El gobierno de una URSS en agonía omitió toda información del desastre, hasta tal punto que la alarma internacional la dio Suecia, al detectar la nube radiactiva sobre su territorio un día después de suceder el accidente.
Hoy, ningún país tiene operativas centrales nucleares que incumplan los protocolos internacionales; del mismo modo, dada la gran cantidad de observatorios y puestos de investigación, ninguna alarma se activará un día tarde debido a un cierre de fronteras.
El segundo inconveniente de cara a la opinión pública es el tema de los residuos: Algo que tiene que quedarle muy claro a la gente es el 2º principio de la Termodinámica; se trata de una ley universal que lleva enunciada 200 años sin ser refutada. Es tal su poder y tal su aceptación que la primera prueba a la que se suele someter a una teoría física es al juicio de los dos principios de la termodinámica; el primero dice que la energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma; el segundo, que es el que ahora nos interesa, dice, de una forma muy coloquial y entendible por todos, que NO EXISTE TRANSFORMACIÓN SIN RESIDUO NULO (también se puede expresar por Al que algo quiere algo le cuesta). El precio que tenemos que pagar por estar fresquitos en verano, calentitos en invierno, ir al trabajo en coche o autobús, vestirnos, cocinar nuestros alimentos, e incluso metabolizar nuestro organismo, es generar unos residuos (desde el calor que sale por el aire acondicionado hasta la mierda que cagamos más o menos a diario). Pues bien, lo que quería decir con esto es que naturalmente la energía nuclear no se libra de producir residuos.
El fundamento de la energía nuclear es una reacción que se da a nivel nuclear, no a nivel molecular (que es el caso de todas las reacciones de combustión como la que sucede en el motor de los coches). Esta reacción genera unos residuos que tardan mucho tiempo en desactivarse radiactivamente hablando (varios miles de años); para tratar este problema se toman una serie de medidas denominadas barreras, que detallo a continuación:
Barrera físico-química: Se inmoviliza el residuo en una matriz sólida de hormigón, asfalto o polímeros. A su vez esta matriz se coloca en un contenedor normalmente de plomo.
Barrera de ingeniería: La constituye la instalación donde se almacenan estos contenedores.
Barrera geológica: La constituye el lugar de la corteza terrestre donde se depositan definitivamente los residuos.
Previamente al almacenaje los residuos se someten a un proceso de enfriamiento y estabilización para que pierdan parte de su peligrosidad.
Con todas estas medidas los residuos, una vez enterrados (a gran profundiad), dejan de consituir un peligro para nadie, con lo cual no debe haber motivo de procupación. De nuevo es más fácil tergiversar la realidad y usar la demagogia y el amarillismo para asustar a la gente.
De hecho algo alucinante y que a mí me cabrea es lo siguiente: Actualmente el presidente del gobierno de España le tiene la guerra declarada a la energía nuclear en este país. Con el dinero de todos se dedica a comprar electricidad (procedente de fuentes nucleares por supuesto) a países del entorno tales como Francia, aumentando su riqueza a costa de la nuestra.
Veamos ahora los beneficios de la energía nuclear:
Es una forma de energía mucho más eficiente que la combustión (se llega a rendimientos del 90 %, mientras que la combustión no puede tener, a efectos de producción de electricidad, un rendimiento superior al 65-70 %).
No tiene emisiones: Lo único que sale de esas torres enormes de hormigón es vapor de agua.
Una central nuclear genera mucho más empleo (directo e indirecto) que una central térmica.
Para obtener la anergía que proporciona un reactor nuclear de mediana capacidad serían necesarios al menos 5 generadores térmicos (de combustión).
La energía nuclear es más barata que la energía procedente de la combustión.
Una vez dicho esto hago una pequeña reflexión acerca de la energía en un futuro próximo.
La cada vez mayor escasez de combustibles fósiles hace que cada vez sea más necesario investigar en nuevas formas de energía. En un horizonte próximo aparecen tres alternativas:
Energía nuclear de fisión (ya desarrollada y operativa).
Energías renovables (ya desarrolladas y operativas).
Combustión de hidrógeno (en desarrollo).
La nuclear ya la hemos comentado.
Las renovables son una alternativa fantástica, salvo por un problema intrínseco a su naturaleza: la energía renovable no la tenemos cuando queremos, sino cuando podemos. Debido a que no podemos hacer viento, hacer salir el sol de noche, hacer eruptar a los volcanes a conveniencia, ni provocar que en vez de cuatro haya 90 mareas al día, las energías renovables son un baston de apoyo, pero no la cimentación del edificio. A día de hoy, y en el futuro próximo y medio, no se puede depender ni al 50 % de las energías renovables.
La mejor alternativa es la combustión de hidrógeno: es la reacción molecular que más energía libera y el único producto de su reacción es agua. No obstante es muy difícil obtener hidrógeno de forma industrial con la tecnología actual (en la Universidad de Sevilla hay un proyecto en colaboración con la Agencia Espacial Europea para sintetizar hidrógeno a partir de luz solar en el espacio). La forma más eficiente de uso del hidrógeno hoy son las pilas de combustibles, que son demasiado caras como para implantarlas a nivel comercial e industrial.
Con esto quiero decir que hoy, la alternativa más viable y ecológica para generar la energía que necesitamos es la nuclear. Decir NO a las nucleares es decir SÍ a seguir quemando carbón y petróleo, agotando estos recursos y encareciendo la adquisición de energía por parte de los consumidores.
En un futuro lejano se terminará desarrollando la energía nuclear de fusión, totalmente limpia y segura, que peude aprovechar un vaso de agua para satisfacer las necesidades de una ciudad como Sevilla durante varios días. No obstante eso queda lejos, hoy por hoy, la alternativa más viable, es la nuclear de fisión.
Espero que estas líneas os inviten a la reflexión y a que investiguéis y saquéis vuestras propias conclusiones.
Saludos.
martes, 25 de agosto de 2009
Sobre el cambio climático y la energía nuclear (parte II)
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